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Inaki Irazabalbeitia

Antiguo eurodiputado, Aralar

El proceso de construcción europea se está desarrollando en una unión política como lo es la Unión Europea(UE), que había sido teorizada en los últimos siglos. En este proceso, largo y lento, de alianza política, que tiene como origen el tratado de la CECA de 1951, es innegable se ha priorizado desde un principio, incluso en exceso, el acuerdo económico y aduanero. A día de hoy, si bien es cierto que la democracia, la paz, las libertades, los derechos humanos son principios y valores en la Unión, observamos como la prioridad es el componente económico de la misma. Lo que fue un medio se ha convertido en un fin.

La UE es definida como una Organización sui géneris, que posee características de una organización internacional y, al mismo tiempo, de entidad federal. Para comenzar debemos aceptar que la UE es una realidad de hecho. Debemos abogar por impulsar los valores de Europa y a la vez pedir que se implementen y se reconozcan los derechos sociales a su ciudadanía. De igual forma, debemos criticar las carencias de la UE que, en este caso, pueden ser, tanto el modelo institucional como la falta de garantías sociales a los ciudadanos europeos. Eso sí, la Unión ha aportado elementos positivos a nuestro país y, de igual forma, aunque fuera por razones estratégicas, nos conviene no solo ser europeístas, sino hacer gala de ello, al igual que hacen los soberanistas escoceses, galeses y catalanes. La reivindicación del soberanismo vasco debe situarse en el seno de la Unión; solicitar ser un Estado independiente en la UE del siglo XXI. Por ello, se debe fomentar e impulsar el europeísmo vasco, sin confundir crítica legítima y necesaria con euroescepticismo o anti europeísmo. Estas dos últimas posturas no son lógicas y, además, es un error estratégico.


En este punto, es necesario recordar que, los abertzales, han formado parte del europeísmo en términos generales desde sus inicios del Siglo XX y más concretamente en el Movimiento Federal Europeo desde sus orígenes. En la conferencia de la Haya de 1948 se encontraban los representantes vascos del PNV y de ANV entre otros. La izquierda abertzale histórica (ANV) siempre fue europeísta. Cabe decir que, a día de hoy, ARALAR forma parte del Consejo Vasco del Movimiento Europeo (Eurobask). Asimismo, ARALAR, desde hace recientes fechas, forma parte del partido europeo ALE-EFA, del cual somos miembros observadores y en el que están la mayor parte de partidos soberanistas progresistas de la UE y, particularmente, los del Estado, con quienes conformamos coalición para las Elecciones europeas de 2009.
En los últimos años, el proceso de construcción UE, se ha fomentado sobre un modelo de eficacia pero no de democracia, lo que ha supuesto que, desde el abertzalismo de izquierdas se haya sido críticos, tanto con, la fallida, Constitución Europea como con el Tratado de Lisboa. En este acuerdo, se siguen sin reconocer unos mínimos sociales a la ciudadanía europea y existen graves carencias en el procedimiento de toma de decisiones así como en su transparencia. Claro está, sin entrar en temas ideológicos que dependen de los grandes partidos europeos que llevan a la Unión en unos términos que no son los nuestros; pero como decíamos antes, esto no es óbice para reclamar desde un europeísmo critico los valores de la Unión que, sin duda, ha creado un área en el mundo de: democracia, paz y libertad que, sin ser perfecta, es la más avanzada en la materia en todo el mundo.


La Europa de los valores

Aralar critica el actual modelo Europeo. Reclamamos una Europa más social, más democrática en la que sus diferentes pueblos trabajen en espíritu de cooperación. Creemos también en una Europa en la cual sus naciones sin estado puedan decidir libre y democráticamente su futuro en el seno de la Unión. La Unión ha aportado innumerables ventajas a los ciudadanos y que ha sido especialmente positivo en lo referente a la paz, el desarrollo y la democracia, si lo contextualizamos en el contexto Europeo del Siglo XX, la Europa de la Guerra y el Totalitarismo.

Ante esta difícil situación económica, en la cual vuelven a surgir mensajes que van desde el euroescepticismo al racismo y xenofobia, observamos cómo partidos políticos, dirigentes y medios de comunicación difunden mensajes no solamente contra la Unión sino contra sus valores. Por ello, proponemos que se vuelva a fomentar la Europa de los valores: Igualdad, libertad, tolerancia, democracia, derechos humanos y se fomente la democratización de la Unión en el sentido más amplio.

Una Unión Europea más democrática, cercana y transparente

Como se señalaba, la situación actual nos demuestra que otro modelo de Unión Europea es, no solo posible sino necesario. Por ello, Aralar y junto con el mayor número de formaciones políticas, debe proponer y defender una reforma radical y democrática tanto en el fondo como en la forma. Por ello y a colación con la propuesta de la Comisaria Viviane Reding, de fomentar durante este año el debate en los parlamentos de los Estados europeos, un debate sobre el futuro de la Unión Europea, podemos proponer en aras de una UE más cercana y transparente las siguientes medidas:

 

  1. Parlamento Europeo; si bien es cierto que, se han implementado sus poderes tras el Tratado de Lisboa, aún siendo éste el órgano más democrático de la Unión, sigue teniendo carencias a la hora de tomar decisiones. Creemos que es necesario aumentar su capacidad legislativa y, a la vez, dotar a este órgano de capacidad de iniciativa. De igual forma, el sistema de codecisión debe dar paso a un sistema de decisión única del Parlamento; esto es, tiene que ser homologable a los de los estados totalmente democráticos. Por cierto, hablando del Parlamento en este periodo de recortes consideramos que, por ahorro, efectividad, sostenibilidad y por pura lógica, es hora de acabar con el “sin sentido” de las dos sedes: Estrasburgo y Bruselas. Además está la Secretaría General en Luxemburgo. El Parlamento Europeo debe de tener una sola sede.
  2. Elecciones al Parlamento, aunque pudieran ser perjudiciales para los partidos mas pequeños debemos apoyar que, en el Estado español, para las próximas Elecciones europeas de 2014 se creen circunscripciones autonómicas. Teniendo en cuenta el carácter descentralizado del Estado, donde cada autonomía tiene competencias diferentes, este hecho conferiría a los electos de las mismas una vinculación mayor, tanto con su autonomía como con sus ciudadanos. Esta proposición no es nueva; se ha evaluado en varias ocasiones en esta misma Cámara e incluso, una demanda llegó al Tribunal Constitucional. Hay que señalar que, estados como Bélgica, Italia, Reino Unido y Francia cuentan con circunscripciones diferentes, siendo países, algunos de ellos, mucho más centralistas que el Estado Español. Cabe señalar: que la Comisión de Asuntos Constitucionales del Parlamento europeo recomendó en un informe, que cara a las Elecciones de 2014 los Estados que cuenten con una población mayor de 20 millones de habitantes establezcan más de una circunscripción en seno. De la misma manera, planteó la posibilidad de establecer circunscripciones especiales, cara a satisfacer las necesidades de las minorías lingüísticas. Esta última, sin duda, podría ser la circunscripción perfecta para reconocer a Euskal Herria en su integridad como circunscripción única.
  3. Comité de las Regiones. Creemos que debe ser modificado en aras de impulsar la subsidiariedad y de la proximidad para que estas sean más sólidas. Por todo ello, proponemos que, el Comité de las Regiones “se convierta en un Senado de las Regiones”. Hoy en día, el 70% de la legislación comunitaria es aplicada a nivel local y regional; no es comprensible que este Comité siga teniendo un papel meramente consultivo, cuando se esta impulsando el Principio de subsidiariedad en aras de que la legislación se aplique al nivel más cercano al ciudadano.
  4. El Consejo de la Unión. ¿Cómo es posible que las reuniones de este órgano se hagan a puerta cerrada? Esta especie de conferencia de los ministros de los estados miembro debe de desaparecer y transferir sus poderes a las otras instancias del Unión. Mientras tanto debemos defender una participación real de las Regiones y Naciones sin Estado en el Consejo.
  5. Comisión Europea: Debería de ser elegida directamente por el Parlamento. Habría que reducir el número de representantes a lo estrictamente necesario y que no esté en relación con el número de estados miembros, ni que corresponda a uno por estado, sino a la necesidad de una adecuada gobernanza. No debe de poseer el monopolio de la iniciativa legislativa.
  6. Participación ciudadana. Es positiva la instauración la Iniciativa ciudadana a pesar de sus evidentes limitaciones. Limitaciones como el visto bueno previo de la Comisión para poder comenzar con el proceso, el recoger 1 millón de firmas de, al menos, un cuarto de los Estados miembros, hacen que su gestión sea prácticamente imposible y que la deja en manos de organizaciones muy potentes. Creemos que debe ser modificada para facilitar su uso. Habría que habilitar también otras vías de participación de la ciudadanía en la toma de decisiones de la Unión.

En definitiva, defendemos estás y otras medidas que puedan tengan como objetivo una real democratización de la Unión Europea y que esta sea más cercana a sus ciudadanos.

Euskal Herria ante Europa

Como venimos señalando, Aralar debe impulsar la idea de Europa en positivo: derechos, humanismo, solidaridad, democracia, a la vez que podemos proponer otro modelo institucional, también debemos reclamar e impulsar reclamaciones como pueden ser:

  1. Oficialidad de las lenguas. Reclamar por derecho que, tanto el Euskera y todas aquellas que sean oficiales o cooficiales en algún estado de la Unión, sean oficiales en la Unión, al mismo nivel que el gaélico irlandés o el maltés, pero también como el ingles o español.
  2. Participación directa en el Consejo de Europa. Por otro lado, instamos a que en materias que incumban a alguna autonomía en particular, los representantes autonómicos puedan acudir en calidad de “ministro del Estado”. Esto ya ocurre en otros países como Austria, Bélgica, Alemania, Reino Unido, donde Ministros Regionales, al amparo del Art 16(2) del Tratado de Lisboa , acuden en representación de todo el Estado. Esto sería un avance y un signo de normalidad.
  3. ECOFIN. Teniendo en cuenta la estructura fiscal propia de los territorios vascos, debemos de tener una representación y permanente en ese órgano.
  4. Eurorregión vasca. Desde hace apenas unos meses, se ha puesto en marcha la Euroregión Euskadi-Aquitania; un instrumento que puede ser muy importante en la Cohesión Territorial de Euskal Herria. Por ello, se debe animar a la Comunidad Foral Navarra a formar parte de esta AECT. Si bien es un marco mayor al que representa EH, el primer paso es que todo EH forme parte del mismo, con el objetivo de poder crear una Eurorregion vasca, que como señalamos, pueden fomentar las comunicaciones, la economía, el medioambiente y la cultura y, en definitiva, unir a nuestro país.

Europa y derecho de autodeterminación

Como soberanistas y europeístas debemos fomentar la Europa de los ciudadanos y ciudadanas, en la cual, si en un Territorio, su ciudadanía decide conformarse en una entidad sub-Europea, tengamos capacidad de hacerlo por medio de la DEMOCRACIA, que es el principio fundamental de la UE. Debemos fomentar la Europa de los ciudadanos/as contra la de los Estados. Momento clave van a ser el Referendum escocés y el proceso natural de evolución estatal de Flandes (divorce de velours)

En Conclusión, en Aralar debemos ser europeístas y críticos con el actual modelo al mismo tiempo.

La Europa Social

El proceso de construcción europea debe dar un giro hacia lo social.

  1. Europa un espacio mundial de la Justicia Social y de los Derechos Laborales. Hay que apostar por crear la Europa de los trabajadores y trabajadoras. Hay que articular respuestas a esta crisis desde la perspectiva de una Europa social que establezca un marco de relaciones laborales europeas de mínimos, para garantizar que todas las personas trabajadoras de la UE lo harán en unas mínimas condiciones de dignidad desde una mayor estabilidad en el empleo, con una distribución equitativa del trabajo y con la creación de políticas comunitarias tendentes a la creación de empleo de calidad. Condiciones que lo serían con carácter básico, teniendo que ser obligatoriamente mejoradas por los Estados, y no pudiendo de ninguna manera suponer un empeoramiento de las condiciones de las relaciones de trabajo que existen hoy en los 27 Estados de la Unión. La carta europea de Derechos Laborales será la base del marco vasco de relaciones laborales.
  2. Derechos sociales. Proteger a la ciudadanía Europea bajo la coraza del Estado de Bienestar, que es una característica genuina de la construcción europea y del modelo de Unión que queremos. Necesitamos blindar y mejorar la sociedad del bienestar como una de las características más importantes de las políticas comunitarias y como una característica propia de la UE. Y ahí entran en juego las políticas sociales, que deben tener igualmente un marco de mínimos en la Unión Europea. Por eso sería de importancia la promulgación de una Carta Europea de Derechos Sociales con contenidos básicos así como la creación de un Fondo Europeo para la atención a los desfavorecidos, destinando, por otro lado, el 1% del presupuesto de la UE a programas de solidaridad comunitaria.
  3. I+D+i. Hay a crear otro tipo de economías que se basen, por un lado, en la creación de empleo de calidad, y por otro en la potenciación de otros sectores económicos más allá de la construcción y la obra pública, entre los que son fundamentales el de I+D+i, con especial ahínco en la I de Innovación, porque salir de la crisis e innovar son sinónimos. Asimismo en el ámbito de la Política Agraria Común, deberíamos reorientar el sector primario uniéndolo a un modelo de desarrollo ambiental sostenible, pues la orientación ecológica de la agricultura, la ganadería y la pesca puede ser una gran fuente de creación de empleo.
  4. Europa un espacio mundial de desarrollo sostenible. Debe basarse en la defensa de la Tierra y del Medio Ambiente: ahondando en un modelo de desarrollo respetuoso con el medio ambiente. Europa debe cumplir los compromisos adquiridos para reducir los niveles de CO2 y apostar por las fuentes de energías renovables.

Cuatro ideas básicas que deben partir de tener presente que la actual crisis ha herido de muerte las estructuras del sistema económico hasta ahora vigente, y ha invalidado el modelo neocapitalista. Lo ha hecho de manera tal que después de esto nada volverá a ser como antes. Todo en cuanto al modelo económico se refiere, será diferente. Por eso es necesario reinventar una nueva forma de organización económica para la sociedad europea, que será la puerta de salida a esta crisis y que deberá estar basado en la sostenibilidad y la solidaridad. Por eso es fundamental aportar nuestro granito de arena a la batalla ideológica que se está librando a nivel mundial y a nivel europeo. Y todo eso pasa construir una Europa basada en la justicia social.

Europa y el mundo

La Unión Europea debe de poseer una política exterior propia, no alineada e independiente basada que tenga como ejes la solidaridad internacional, la no participación en aventuras bélicas y la defensa de los derechos básicos de las personas y los pueblos.

Vemos completamente necesario el desmantelamiento de la OTAN y el fin de las intervenciones de los estados de la Unión en acciones bélicas en terceros países por mucho que se quiera disfrazar de ayuda humanitaria. Defendemos que la intervención de los ejércitos de los estados de la Unión en terceros países debe de ser siempre dentro de paraguas de los cascos azules de la ONU.

Por otra parte es nuestro objetivo que los estados miembros de la Unión no tengan ejércitos propios. Es la Unión, cuando sea una institución por completo democrática, la que tendría que tener ejércitos propios bajo el control del Parlamento y la Comisión. Esos ejércitos serían de defensa y no dedicados a aventuras imperialistas o intervencionistas.

La Unión Europea propiciará un comercio internacional justo, que debe de conllevar entre otras cosas el objetivo de impulsar el desarrollo económico y social de los países productores de materias primas y productos agro-alimenticios.