El conflicto del Alto Karabaj
15/06/2016
El primer día de abril tropas de Azerbayán atacaron las posiciones del ejercito del Alto Karabaj a lo largo de la línea de contacto que separa a ambos desde el alto el fuego de 1994. Ha sido la mayor violación del alto el fuego desde su proclamación. Hasta ahora, ha habido a millares violaciones del alto el fuego, pero generalmente no pasaban de intercambio de disparos de fusil o del intento de traspasar las líneas de algún saboteador.
¿Porqué se ha recrudecido conflicto que llevaba congelado desde hace 22 años? Hagamos un poco de historia para mejor comprender las razones.
El Alto Karabaj es un estado independiente, que no está reconocido por la comunidad internacional. Tiene el tamaño de Navarra y cuenta con 150.000 habitantes. El territorio de Artsakh forma parte de la Armenia histórica y es considerado como una de las cunas de la civilización armenia.
Constituido políticamente como región autónoma tras la creación de la URSS, el territorio karabaji fue asignado a la república de Azerbaiyán, como enclave de mayoría armenia en territorio azerí. La situación cambió con la llegada de Gorbachov a la presidencia de la URSS y la política de apertura del régimen que impulsó. Aprovechando el nuevo clima político las autoridades del Alto Karabaj convocaron un referéndum por la independencia del país tomando como base que la constitución de la Unión Soviética reconocía el derecho a la autodeterminación. El resultado fue una abrumadora victoria del sí, que conllevó una declaración de independencia unilateral. Azerbaiyán no aceptó dicha declaración e invadió militarmente el territorio karabaji. El gobierno azerí impulsó al mismo tiempo campañas de odio étnico contra los armenios residentes en Azerbaiyán que produjeron, entre otros, el pogromo anti-armenio de Bakú en 1990.
En 1994, tras cuatro años de guerra, el ejército karabaji además de reconquistar su territorio, logró unir por tierra Artsakh con Armenia liberándose de su condición de enclave. La guerra tuvo sus consecuencias y, a causa de los desplazamientos de población ocurridos, el Alto Karabaj se convirtió en una república étnicamente armenia perdiendo su población azerí que en 1989 constituía el 25 % de la misma.
Desde entonces, la OSCE impulsa el proceso de paz a través del llamado grupo de Minks. Este grupo está liderado por Francia, Estados Unidos y Rusia y cuenta de varios países además de Armenia y Azerbaiyán. Las autoridades del Alto Karabaj no están directamente representadas en el mismo. Si lo está Turquía, país con grandes intereses en la zona caucásica y gran aliado del régimen azerí. El proceso de paz no ha avanzado debido, sobre todo, a la negativa de Azerbaiyán a reconocer el derecho a la autodeterminación del pueblo karabaji.
A nadie en la comunidad internacional le hubiese extrañado un ápice que el régimen surgido en Artsakh tras guerra de liberación nacional hubiese tenido un carácter autoritario o pseudo-democrático. No ha sido así. Las autoridades del Alto Karabaj tuvieron muy claro desde el principio que su país era un territorio democráticamente homologable o no lo era. El parlamento surgido tras la declaración de independencia siguió reuniéndose a pesar de la guerra y ejerciendo su labor como representante del pueblo karabaji. Tras el fin de la guerra las autoridades de Artsakh han ido profundizando en la calidad democrática de su estado, logrando unos excelentes estándares en democracia, transparencia y ausencia de corrupción. Lo pude comprobar personalmente en mi visita al Alto Karabaj y en la misión de observación de las elecciones al parlamento karabaji de hace un año.
El régimen azerí surgido de la desintegración de la Unión Soviética es un régimen autoritario, corrupto y pseudo-democrático controlado por la dinastía Aliyev. El antiguo miembro del Partido Comunista de la URRS Heydar Aliyev tomó el poder en 1993 al cual sucedió su hijo Ilham en 2003. Ilham Aliyev gobierna el país con mano de hierro y es reelegido periódicamente en elecciones que no cumplen los mínimo democráticos tal como lo señalan los informes de la OSCE. En 2013 obtuvo el 84,5 % de los votos. Por otra parte, el alto índice corrupción y la desigualdad social son otra de las características de Azerbaiyán. No extraña que la familia Aliyed sea uno de los protagonistas de los papeles de Panamá. ONGs, periodistas, opositores y miembros de la comunidad LGTB son las víctimas principales de la represión del régimen.
Los ricos yacimientos de gas y petróleo del mar Caspio son la base de una economía muy dependiente de los precios de los mismos. Representan un 63 % de los ingresos del presupuesto estatal. Cuando los precios se han mantenido altos los ingresos por la venta de gas y petróleo han permitido un desarrollo económico importante, pero la caída de los precios de estos últimos meses han desestabilizado la economía azerí y han producido una crisis social importante. Las grandes desigualdades sociales de Azerbaiyán están, además, ayudando a que las clases mas débiles estén pagando mayormente los efectos de la crisis. Se han producido ya importantes protestas de la ciudadanía.
Esta crisis económica y la necesidad de desviar la atención de la opinión pública está seguramente en la base del ataque azerí al Alto Karabaj. Ya nos comentaron en las entrevistas que mantuvimos con miembros del gobierno karabaji, que el mayor riesgo para la estabilidad de la región era la bajada de los precios de los hidrocarburos.
Los factores geopolíticos son también importantes. Azerbaiyán tiene en Turquía su mayor valedor y lo ha demostrado con las entusiastas declaraciones de apoyo de Erdogan a Bakú tras la escala del conflicto. Irán es aliado y socio económico de Armenia. Los mismos intereses que en Siria frente a frente en el Caúcaso. Se entiende la rápida reacción de Rusia, la llamada de Putin a los presidentes de Armenia y Azerbaiyán y su firme petición de cese inmediato de las hostilidades. No conviene repetir los esquemas de Siria en el Caúcaso, una región ya de por sí tensionada por conflictos mas o menos calientes: Chechenia, Osetia del Sur, Abjasia, …
Se ha declarado un nuevo alto el fuego. Espero este recalentamiento del conflicto impulse al grupo de Minks a profundizar en su labor y que reactive el proceso de paz. Finalmente, tengo claro que la resolución democrática del conflicto en el Alto Karabaj pasa por la aplicación del derecho a la autodeterminación, tal como lo demandaron tanto el Parlamento Vasco como el Navarro en 2014.